(*)Antes de que la campaña
electoral empiece a fomentar opiniones dirigidas a aumentar la confrontación
más brusca posible entre Cataluña y España , me gustaría dejar clara mi
relación con España . Para que se entienda mejor mi opinión, quiero aclarar que
yo soy persona que entró en política por compartir las ideas y las actitudes de
Artur Mas y que actualmente continúa convencido de su línea política . También
soy una persona que no renuncia a tener un Estado propio dentro de Europa .
Dicho esto, les intentaré explicar mi visión de la relación entre Cataluña y
España en la actualidad. Mi visión de esta relación se produce después de haber
viajado por más de cincuenta países del mundo y estar convencido que España es
uno de los países con mayor diversidad cultural, lingüística, paisajística y gastronómica
de todos los que he conocido hasta hoy. Estoy convencido de ello ya que he visitado
prácticamente todas las provincias españolas y reconozco que la riqueza de la
diversidad entre ellas a todo nivel, siempre me ha seducido. He valorado
siempre esta diversidad como uno de los grandes valores añadidos que tiene este
país en contraposición a muchos otros . Para mí, esta gran diversidad es el
gran activo de España y no su problema. Me encanta la lengua castellana que me
ha proporcionado y me proporciona tantas y tantas horas de buena lectura . He
disfrutado con Cervantes, Valle- Inclán o Delibes , por poner sólo unos
ejemplos, y considero a Javier Marías uno de los mejores escritores europeos
de los últimos tiempos. Me encanta escuchar lenguas y dialectos diferentes por los lugares donde paso, sin que esta diversidad me provoque ninguna incomodidad. Al contrario, lo vivo como un privilegio cultural y personal
incomparable. Y sobre todo y lo más importante, he disfrutado de la
idiosincrasia de sus gentes, todas absolutamente diversas, complejas y siempre
interesantes. Y he disfrutado de esta diversidad precisamente porque te obliga a confrontarla con la tuya y
por tanto a ampliar tu visión del mundo. Esta es la España de la que he
disfrutado y pienso seguir disfrutando sea cual sea el futuro de las relaciones
entre Cataluña y España. Y en este sentido, tengo que reconocer que me hubiera
gustado que en estos últimos 30 años hubiéramos encontrado un buen encaje para
Cataluña dentro del estado español. Un Estado pero, que valorase y reconociera esta
diversidad como un valor impagable e incomparable a preservar y no como un
problema constante a combatir, como así ha sido. Este encaje político, por
desgracia, no ha sido posible pese a haberlo intentado repetidas veces y de
diversas maneras. Esto ha hecho que ahora muchos catalanes queramos decidir
libremente nuestro futuro y deseemos un Estado propio. Pero ello no significa
en ningún caso querer renunciar a una
excelente relación con España y todos sus valores anteriormente descritos. Al
contrario, desearíamos que todo este proceso se gestionara con diálogo, consenso y
respeto mutuo entre España y Cataluña. ¡Todos saldríamos ganando y daríamos una
lección al mundo!
12/04/2014
(*)Traducción y adaptación al castellano del artículo publicado en catalán el 07/10/2012 en el periódico SEGRE (La meva Espanya)
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